De repente, en medio del océano, durante un par de horitas, hasta llegar a nuestro nuevo destino: Fuerteventura!
Me gusta la idea de no saber lo que me espera. No tener ningún plan, ni conocer los detalles de lo que voy a encontrar. Estos días, pura sorpresa, aún estoy en la nube de la isla tranquila. Quizá por eso me he decidido a contaros un poquito, a mostraros lo que con mi ojos y la tecnología he podido retener.
Ésta, es una playa de sotavento, en el norte.
La que nos acogió nada más llegar (también sotavento, aunque en el sur), era la playa más bonita que nunca he visto. Grande, desierta, trasparente, de mar plana y... sobrecogedora. (Con tanta emoción se me olvidó sacar fotos...)

Dunas de arena blanca...
Me gusta la idea de no saber lo que me espera. No tener ningún plan, ni conocer los detalles de lo que voy a encontrar. Estos días, pura sorpresa, aún estoy en la nube de la isla tranquila. Quizá por eso me he decidido a contaros un poquito, a mostraros lo que con mi ojos y la tecnología he podido retener.

Ésta, es una playa de sotavento, en el norte.
La que nos acogió nada más llegar (también sotavento, aunque en el sur), era la playa más bonita que nunca he visto. Grande, desierta, trasparente, de mar plana y... sobrecogedora. (Con tanta emoción se me olvidó sacar fotos...)

Dunas de arena blanca...

Y sin saber cómo, un desierto, sin estar lejos de la hamada... difícil de encontrar un arbol. Alguna palmera, dando cobijo a los habitantes de Tindaya, en mitad de este oasis.

Pero no todo son paisajes, la compañía también hace... Risas, paz, silencios de esos tan cómodos, que no siempre son fáciles de conseguir.

Y al cruzar a barlovento, donde es casi imposible mantener el coche quieto, aunque el motor esté apagado... Nos encontramos con El Cofete. El hambre y el tiempo se nos echó encima... en unas horitas teníamos que estar en el barco de regreso, así que decidimos dar media vuelta antes de tumbarnos panza arriba y dorarnos al sol.
Nunca había pensado que yo fuera una niña de playa. Ahora siento, que es algo que he vivido siempre, algo tan mío, que sería incapaz de vivir sin ella. No es eso de tirarte todo el día y tostarte. Es algo más. El mar da tanto. De repente eres tan pequeño, que todo pierde importancia, o simplemente adquiere la justa, en su medida...
De nuevo aquí, en casa. En esta casa que me acoge estos meses. Cada vez me da más pena irme, a pesar de las ganas que tengo de disfrutar del mediterráneo, ese que es parte de mi, y que cada vez que escucho hablar de él, se me escapa alguna lagrimita en el corazón.
De nuevo aquí, en casa. En esta casa que me acoge estos meses. Cada vez me da más pena irme, a pesar de las ganas que tengo de disfrutar del mediterráneo, ese que es parte de mi, y que cada vez que escucho hablar de él, se me escapa alguna lagrimita en el corazón.
5 comentarios:
Me gusta que tu también formes parte de estos blogs que tanto me gusta leer.
Fuerte FUERTE!Menudo finde de desconexion, de relax, de dejar de pensar y de corroborar que eso de la playita lo llevo ya muy dentro. Porque nosotras ya decimos playita :)
Pero lo del primer día era una super playa, la mejor, la mejor que he visto nunca...sorprende tan cerca y tan diferente...
Aun tengo arena en el cuerpo, aun estoy alli.
La compañia? siempre bien. Puedo reir, hablar, y callar...cuando quiero y cuanto quiero
AMAR EN TIEMPOS REVUELTOS!
Arena por todas partes, sé de lo que hablas compañera...
sorprendido de leerte...
atrevida...has dado el paso!
te visitaré...
cuenta! cuenta!
Qué bien que te guste, pero quien eres?
Kamaka, m'ha encantat llegir tot el que has escrit. És un plaer formar part del teu món. Un petonet de sorra recordant els moments viscuts al Sàhara. Testimu molt. Jesika
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