
Me siento, una vez más, delante de esta ventana. La que me acerca al mundo, que me une con los míos. Esta tarde, antes del paseo por mi playa adoptiva de Las Canteras, he hablado con quien me hace ser quien soy.
Un encuentro con mis amigas. Un contrato de abrazos. Una despedida de paseo y deberes...
Tengo mucho trabajo que hacer, pero las ganas salen, brotan dentro de mi. No son ganas de irme, ni ganas de superar una etapa. Son simples ganas de vivir. De enfrentarme a lo que me espera.
Quizá estas puestas de Sol que el mundo me regala cada tarde tengan algo que ver. Aquí la arena no es tan clarita como en Fuerte; es más bien tostada, pero en ese tono, la espuma al engancharse, aun parece más blanca. Caminar por encima, es una sensación muy especial. Parece que tiene que ser algo desagradable, por algún motivo relaciono la espuma con la contaminación... Será porque muchas veces la he visto sobre el riu Ripoll...
Mis pies fresquitos, el viento en mi cara. Es como si el día volviera a empezar. Lo mejor de él, sin duda!
Fuerte vida!