Noche de silencio...

Silencio que adoro entre este calor arrullador. Sé de quien me quiere cerca, y me siento afortunada por la paz que palpo. Días de todo tipo, el de hoy bueno, excelente. Risas, palabras, más risas y sobretodo amor. Encuentros entre desconocidos que se conocen en ausencia. Fieles compañeros que con una sola mirada, un gesto, un soplo... dicen todo y nada a la vez. Los que permiten que las noches sean regalos de eterna calma y soledad acompañada.

Paciencia oculta

Esperar cuando has perdido la esperanza, puede llamarse paciencia? Dicen que tiene amargas raíces y dulces frutos. Me invade una sensación de felicidad serena, a la expectativa de descubrir que además de dulce, es ácida.

 

Morriña

A menudo siento las ganas de recordar el presente, que pase rápido para llegar a ser solo un recuerdo.
Ahora, cuando aquel presente que parecía no terminar se ha convertido en pasado, siento añoranza... Y así la vida viene y va... como las olas de aquella playa que tantas veces me vió llorar, reír, correr, pensar... Es a ella a quién echo de menos, su olor y su color llenos de alegría y energías que absorbían a quien se dejase llevar.

Sábado de abril

Deseos, sueños, ilusiones... La cabeza de vueltas y solo hace que avanzar. Pero, y si solo camina la mente? Es entonces cuando la vida pierde sentido? O es ahí donde debemos encontrar el amparo, la libertad que en el mundo que se ha creado a nuestro antojo, se nos roba por momentos?

Caminar sin sentido, pero caminar... a eso aspiro, porque por más que me digan qué pasos debo dar, no consigo saber que son firmes y seguros...

Mirando el reloj

Viajar, para mi, es como abrir una ventana para volverla a cerrar.

Abres, miras, entras, conoces y la vuelves a cerrar, para seguir con lo tuyo. El tiempo vuelve a correr, y solo haces que mirar el reloj para ver cuándo podrás volver a abrir la siguiente.

Cerrarla no siempre resulta facil, al contrario, es un proceso lento, donde de repente irrumpes en tu verdad, que habías dejado a un lado.

Sin palabras

Sancti Spiritu

Dejar mi isla atrás, o más bien a un lado, y volver a volar; esta vez acompañada de la mejor forma posible.

De nuevo rodeada de agua atlántica. Ahora aun más calentita.

No me salen las palabras. Hace días que quiero contar algo sobre este viaje, pero no puedo. Quizá lo escribí todo allí, y me agoté...

Desembocadura río Toa

Trinidad


Camagüey

Contando olas

Sentarte en la orilla y dejar pasar el rato. Ellas van y vienen, y parece que nunca se van acabar.
Mirarlas, ofrece esa serenidad que hace ver las cosas sencillas. Sentir su inmensidad. Ese poder de saborear lo ínfimos que somos, cuando por momentos nos creemos gigantes, dueños de todo.

Un gran hombre, del que formo parte, solía preguntarse, por qué no se sobrece más el mar? Siempre que lo miro, me lo repito. Encuentro respuesta en la Luna. Y es entonces, cuando me doy cuenta de que la vida es un cuento, una fábula... y que por mucho que nos empeñemos en convertirla en algo trascendente, es solo eso, un ir y venir que nunca se acaba.